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CAMILE PISARRO EN EL MUBAG DE Alicante
El Museo Mubag (Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante) está abierta la exposición que reúne 87 obras realizadas por Camille Pissarro y otros artistas extranjeros que viajaron a Venezuela entre el siglo XIX y principios del siglo XX.
Entre las obras expuestas, figuran 50 dibujos de Pissarro, realizados durante los 21 meses, entre 1852 y 1854, que permaneció en Venezuela. Consta de 17 dibujos bifaciales, realizados en el anverso y reverso del papel, y 33 dibujos sobre una cara.
Vea la Obra del Pintor impresionista parisino Pisarro
Lugar: Museo Mubag
Dirección: C/ Gavina 13-15
Fecha: Del 15 de marzo al 25 de mayo de 2008
LAS MUJERES TEJÍAN INCANSABLEMENTE REDES DE SOLIDARIDAD Y CONVIVENCIA EN LA POSGUERRA (1)
NADA DE SOLEDADES
DOLORES JULIANO.
Los estudios modernos muestran que, en situaciones de crisis, la supervivencia del grupo familiar y la posibilidad de alimentar a los hijos, se apoyan crecienterrrente en redes de solidaridad femenina. En estas circunstancias, de las que la posguerra española es un buen ejemplo, las mujeres asumen las tareas productivas y las reproductivas; y el tiempo que dedican a «ganar el pan » lo obtienen desplazando hacia otras mujeres de la familia (fundamentalmente la madre, pero en algunos casos las hermanas, la suegra o amigas) la atención de los niños. De este modo, la cooperación entre mujeres, lejos de ser un fenómeno rnarginal, se constituye en el eje mismo sobre el que descansa la supervivencia del sistema social…..
…….A partir de esta óptica sesgada resulta muy difícil estudiar el asociacionismo femenino, que casi no ha dejado fuentes escritas, por lo que sólo a través de indagaciones a partir de fuentes orales podemos llegar a rescatar algunas de sus manifestaciones. Sin embargo, formaban parte de una amplia tradición de redes femeninas de aprendizaje laboral, que capacitaban a las jóvenes tanto en las tareas generales como en las específicas. Si tenemos en cuenta que muchas tareas que posteriormente se han profesionalizado y masculinizado como el cuidado de la salud, la crianza de los niños, la preparación y conservación de alimentos y vestidos, el cuidado y ornamentación del cuerpo y de la casa, eran tareas femeninas y necesitaban para realizarse cierta cantidad de preparación teórica y adiestramiento práctico, podemos entender que este adiestramiento lo recibían las novicias, de otras mujeres, dentro y fuera del hogar. Así las reuniones de curanderas, como los talleres de costureras o de peinadoras tenían el mismo objetivo laboral de capacitar a nuevas integrantes del grupo en las prácticas del arte respectivo.
Estas redes, femeninas familiares, las laborales, las de esparcimiento y las religiosas constituían un elemento de autorreproducción de la estructura social y no poseían efectos cuestionadores más que muy indirectamente, por el apoyo que brindaban a las mujeres integrantes de cada grupo, para desarrollar sus propios proyectos. Pero aún esta función indirecta parece haber entrado en colisión con el papel asignado socialmente a las mujeres, si vemos la incomodidad intelectual que ha producido el reconocimiento mismo de su existencia, que se ha materializado en una elaboración ideológica que niega la capacidad de las mujeres para mantener vínculos entre ellas y desvaloriza las relaciones que establecen.
Es evidente que las redes de relaciones femeninas pueden vehicular no sólo apoyo y solidaridad, sino también competencia y rivalidades, (como todas las relaciones humanas). No es por su «armonía interna «, (como propondría una aproximación funcionalista) por lo que merecen ser estudiadas, sino porque constituyen una parte tan significativa como negada de las relaciones sociales.
Existen muchos estudios de asociacionismo masculino (gremios, sindicatos, partidos políticos, clubs, sociedades gastronómicas, etc.) y muy pocos sobre redes femeninas, hasta el punto de que las herramientas para hacer el estudio de estas relaciones han debido construirse al efecto. La dificultad no resulta sólo del hecho de que las relaciones femeninas sean informales, sino de la circunstancia de que se desarrollan en ámbitos no acotados para un fin específico. Por eso entrevistas extensas e historias de vida como las que se recogen en este trabajo, constituyen una fuente insustituible para conocer el entramado social que unía a las distintas familias del Casco Viejo de Alicante, y acercarnos al papel central que en ese entramado cumplían mujeres tan notables como Marieta «La Pansaca «, Tona o Teresa «La guapa «. Leer las entrevistas nos permite asomarnos a ese mundo próximo y desconocido, en que primaban aún las relaciones interpersonales y donde las mujeres tejían incansablemente las redes de la solidaridad y de la convivencia.
ESTUDIOS MUNICIPALES: de «VIVA VOZ LA POSGUERRA EN EL CASCO ANTIGUO»
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