Luna acusa a Camps de supeditarse a la Iglesia más extremista y aterrorizar a los dependientes
Critica la inconcreción del Pavace pero advierte que será su guía para vigilar incumplimientos
Luna puso el «boicot» a Educación para la Ciudadanía como ejemplo de ese talante «autoritario» y entonces aprovechó para acusar al Consell de practicar la insumisión legal y de plegarse a los criterios morales de la Iglesia. «Hay una normativa estatal contra la que se alza la jerarquía más extremista de la Iglesia católica española y usted no se pone al lado de las leyes a las que se debe, sino de los que aplican un estrecho tamiz moral a su conciencia y le dicen lo que ha de hacer», argumentó. «Usted castiga y amenaza a los que no pasan por el aro de ese tamiz moral», añadió. Los sistemas gobernados por criterios religiosos, explicó, se conocen como «teocracias». «Usted se está aproximando bastante» a una teocracia. El síndic socialista tachó al Consell de «premoderno, previo a la Ilustración», y agregó que al «aplicar a sangre y fuego una ocurrencia», en alusión a la asignatura en inglés, «ha sido el hazmerreír de España y de media Europa».
El PSPV puso en solfa la política social. Luna esgrimió la carta del Consell a los dependientes, avanzándoles que se les denegará la ayuda del Gobierno antes de que los hayan examinado los evaluadores. «¿Eso qué es?, ¿Para qué sirve sino para aterrorizar a los dependientes, que es lo que están haciendo ustedes?», le echó en cara a Camps. «Esto es indigno, cruel y degradante, le conmino a acabar con esta práctica», reprendió.
Por arenas movedizas sindicales
El síndic no pasó por alto una crisis que, según él, «es peor en la Comunitat Valenciana que en la media de España». Tras repasar datos que retratan la mala salud de la economía valenciana, criticó que el Consell no haya buscado más soluciones que el plan de impulso a la economía -no aporta fondos nuevos- y un Pavace (suscrito por sindicatos, patronal y Consell) que es un mero «catálogo de buenas intenciones». Un documento «lleno de incorrecciones», un «catálogo perfecto de lo que debería hacer y no hace». Luna anduvo por las arenas movedizas de la crítica a un documento fruto de la concertación social. Y, en la réplica, el presidente se lo echó en cara: «¿Por qué ridiculiza a los agentes sociales?» El portavoz socialista aclaró después: «Me parece tan bien el Pavace que será nuestra guía de oposición».
Luna sentenció que el problema de la deuda no tiene nada que ver con la financiación, sino con ser manirroto en la gestión. Por eso comparó a deuda con la de Cataluña o Madrid, mucho menor en relación al PIB. Recordó que el sistema de financiación lo aprobó Aznar y zanjó: «Si lo quiere cambiar, dígaselo a Rajoy, pero aclárese».
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