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EL SONIDO DE LAS NEURONAS
ELECTRODOS EN EL CEREBRO—EL MUNDO/13/marzo/2008
Palabras clave: neuronas localibles por sus sonidos, implantes electrodos, activación neuronas impulso eélctricos/electromagnéticos.

….El paciente está sedado, pero debe permanecer despierto para cooperar con los especialistas. Empieza la fase más complicada: la instalación del electrodo en el punto exacto del cerebro, a través de una cánula.
Para que no interfiera con el sonido que emite el electrodo mientras se atraviesa el cerebro (donde no hay terminaciones nerviosas) se apaga la luz del quirófano. Al cruzar el estriado, bajo el cráneo, se escucha un ruido afilado. «Son las neuronas», dice Obeso.
Según se acerca la sustancia blanca los saltos en el sonido cada vez son más aislados. «Esencialmente ahí no hay actividad porque ahí sólo hay axones«, señala el neurólogo. Los especialistas siguen con atención la evolución del sonido. El electrodo continúa su camino hacia el objetivo. «Es como si te acercaras al Bernabéu en medio de un partido. Cada vez escuchas más bulla. Es como una marea», señala Obeso, situado con sus colaboradores junto a una máquina que registra cada entrada en el cerebro.
En el núcleo subtalámico el ruido es de nuevo pronunciado y constante. Obeso y María Rodríguez-Oroz siguen atentamente la evolución. A través del sonido intentan localizar el punto exacto donde situar el electrodo. «Ahí es», dicen.
Encontrar la diana
Con la colaboración del paciente prueban la diana. Al administrar una pequeña corriente eléctrica, similar a la que recibirá de forma constante cuando esté instalado el dispositivo, evalúan la reacción que provoca la descarga en un brazo, en la boca, en una mano. Comprueban que el paciente ha perdido rigidez y que, por ejemplo, puede abrir y cerrar la mano con menor dificultad que al comienzo de la intervención.

No siempre se da con el objetivo al primer intento. Puede ocurrir que la diana no coincida con las coordenadas y que el electrodo esté en una posición incorrecta. También puede suceder que los especialistas no estén en el plano correcto. En los dos casos tendrían que entrar de nuevo. El próposito es hacerlo el menor número de veces posible para reducir los riesgos.
Es un proceso minucioso. Cuando concluye, se instala el electrodo (de 7,5 mm de longitud y 1,2 mm de diámetro) y se repite el proceso de nuevo en el otro hemisferio del cerebro. La operación, como media, dura entre cuatro y seis horas.
Unos días después se instala la batería que suministrará la energía a los electrodos. La configuración del campo eléctrico, que requiere numerosas pruebas hasta dar con la combinación adecuada, reduce el exceso de actividad neuronal localizado en el núcleo subtalámico, una condición asociada al agravamiento de la enfermedad de Parkinson.
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